Se siente tan estúpido no tener con quien gritar, no tener a quien decirle la verdad, fingir una mueca de amistad, y por dentro pensar en matar.
Tengo miedo, estoy pensando tanto en irme, quizás asi me tomen un poco de valor, me tomen más en serio. No quiero extrañar, igual no tengo muchos a quien extrañar.
La moneda vuelve a caer en el mismo lugar y todavía no puedo entender, cómo pueden creer en mi sonrisa infeliz.
No me siento en mi lugar, soy el sapo de otro pozo que hablan por hablar, la costumbre no se acostumbró a ese lugar, donde todos miran por mirar y ríen sin razón.